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El envase del envase


El reciclaje es un aspecto muy importante de nuestras vidas, y es una práctica que se realiza en casi todos los hogares, pocas personas se niegan a separar para reciclar. Otra cuestión bien diferente, es que demos por hecho, que separamos y reciclamos correctamente, o que estemos enseñando a la población a participar de este proceso de la mejor manera y no los estemos confundiendo, o no nos estemos confundiendo todos.

Hay cuestiones que alguien relacionado con el medio ambiente, nunca jamás se plantea, como donde va cada tipo de residuo o a qué se corresponde cada uno de ellos, y de repente, tu universo se tambalea cuando te encuentras con personas para las que el concepto envase, es mucho más universal que ese reducto de concepto que tú tienes asimilado en tu mente, y que nada tiene que ver con la realidad.

Y es que la naturaleza lleva diseñando envases mucho antes de que el hombre apareciera sobre la faz de la tierra, y nos hemos apropiado de este concepto para convertirlo en una asimilación de residuos plásticos y metálicos, generando un conflicto entre lo que realmente significa el concepto envase, y el objetivo de separar determinado tipo de residuos.

Podríamos pensar que todo el mundo tiene claro que la cáscara de plátano debe ir al cajón desastre de los residuos orgánicos, ¿pero qué pasa cuando una persona tiene en su mente muy arraigado el concepto de envase en su más amplio significado y su herramienta para determinar dónde va cada residuo es identificarlo como envase o no?

En este caso, nos encontramos envases de plátano, junto con envases de latas, envases de envases, envases de comida, envases de cáscaras de patata, envases de huevos, etc. ¿Surrealista? Quizás, pero en realidad es hiperrealista.

La lucha continua por concienciar de que los envases han de depositarse todos juntos, me ha llevado a situaciones en las que todos los tipos de envases, excepto el cartón de leche, que por algo su propio nombre indica que es un cartón y se pone con los cartones y el papel (otro gran problema derivado del mal uso del concepto cartón, que no es nada fácil de cambiar), han aparecido en la zona destinada a depositar plásticos, latas y bricks.

Los envases y los envases de envases son infinitos y no todos son plásticos, latas o bricks. Tenemos el envase del envase de la magdalena (plástico), el envase de la magdalena (papel con restos orgánicos), el envase de la pizza (cartón con restos orgánicos y aceite), el envase del coco (orgánico), el envase del plátano (orgánico), el envase de la leche (cartón de leche o brick, mezcla de plástico, aluminio y cartón), envase del huevo (orgánico), el envase de la patata (orgánico), el envase del envase de las galletas (caja de cartón), el envase de las galletas (plástico), el envase de la mandarina (orgánico) y así sucesivamente. Tenemos envases para todos los gustos, colores y sabores.

Mantener conversaciones sobre los envases puede llegar a ser muy divertido, enriquecedor e incluso desesperante (¡mátame camión!). Y al final, te das cuenta, de que tú, que tanto sabes de medio ambiente y de separación de residuos, no tienes ni idea de cómo entiende la sociedad la separación de residuos, cuáles son sus razonamientos y su lógica. Y de que hay muchas más realidades y formas de entender que la tuya propia, y que una mala utilización de conceptos clave, puede llevar a generar conflictos y situaciones de difícil solución.

Por lo tanto, y después de reflexionar mucho sobre el asunto, creo que deben de dejar de asociarse los residuos que van al contenedor amarillo con los envases, o será un nuevo cajón desastre donde aparecerán todo tipo de envases y no podremos decir a nadie que está separando de manera incorrecta, porque los envases son muchos y de diversos tipos y naturaleza.

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